Primer capítulo: “Victoria”.
Una luz blanca y cegadora la inundó nada más abrir sus preciosos ojos de color azul. Intentó incorporarse, pero cuatro cuerpos se lanzaron sobre ella, abrazándola, haciéndola sentir querida.
-Vic…- murmuró su hermano con un sollozo casi inaudible.- Te quiero.- le susurró al oído.
Segundos más tarde, sus familiares más cercanos se encontraban sentados a ambos lados de la cama. Ella miraba curiosa a todas partes, buscando una pista que le desvelara el nombre de aquel lugar en el que se encontraba.
-¿Dónde estamos?- preguntó. Sus padres comenzaron a ponerse nerviosos a la vez que su hermano y su hermana intercambiaban miradas asustadas, preguntándose cómo tratar a una niña de catorce años que lleva casi cinco meses en el hospital debido a un accidente.
-Cariño, estamos en el hospital.- se atrevió a decir Charlotte, su madre.- Hace unos meses, te atropelló un coche y has estado en coma hasta ahora.- continuó dejando que sus delicadas facciones se mostraran inseguras y poco serenas.
Ahora Victoria entendía el motivo de su dolor en el brazo y el por qué del espacio en blanco que ocupaba su mente, y observando con atención, descubrió que su pierna izquierda estaba escayolada desde la rodilla hasta las puntas de los dedos del pie. Su padre se puso en pie y se arregló un poco la camisa, para después sugerir:
-Charlotte, deberíamos ir afuera a hablar con los médicos.- su madre asintió con la cabeza y besó la frente de su hija menor, después, junto a su marido, salió de la habitación.
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Narra Victoria:
Niall y Amy se miraban nerviosos, totalmente en silencio.
-¿No me pensáis decir nada?- pregunte incómoda.
-¡Claro que si, pequeña!- dijo Niall acercándose para abrazarme.
-Awn, que tiernos.- dijo Amy haciendo una mueca de asco.- ¡Yo también quiero!- añadió extendiendo los brazos y acercándose a nosotros.
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Narra Niall:
-¿Cómo te encuentras?- pregunté acariciando el pelo de mi hermana Victoria.
-Es complicado… No recuerdo nada de lo que pasó.- contestó ella intentando hacer memoria.
-No te preocupes, con el tiempo, volverás a ser la de antes.- la animó Amy.
-¿Qué ha pasado en estos últimos meses?- preguntó Vic con curiosidad.
-Nada…- dijo mi hermana Amy nerviosa.
-Hablaremos cuando te den el alta.- dije yo. No me sentía con fuerzas para contarle todo aquello en ese momento. “Ella es tan frágil”, pensé.
Había pasado días y noches, sin dormir, faltando a las clases, ¡la había echado tanto de menos! Hacía meses que no salía con mis amigos, y todo, para no despegarme de su lado, sin alejarme de aquella camilla de hospital. De vez en cuando, mis amigos habían venido a verme, al igual que las amigas de Amy, que también lo eran de Victoria.
Justo entonces, entró a la habitación una enfermera de avanzada edad, por su aspecto, parecía amable, pero, nunca más me dejaría llevar por las apariencias.
-Señorita y señor Horan, les importaría salir unos minutos. Tengo que darle el visto bueno a su hermana antes de que la dejen marcharse.- dijo la enfermera, con una sonrisa.
-Estaremos fuera para lo que necesites.- dijo Amy tomando mi mano para que saliera junto a ella de la habitación.
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-Niall…. No puedo mentirle.- me dijo Amy tras cerrar la puerta de la sala de espera.
-Lo sé, yo tampoco. Pero… no podemos decírselo ahora.- dije, me sentía pésimo ocultándole la verdad a Vic, aunque tampoco podía sacar fuerzas para decirle la verdad y destrozarle el corazón.- Son papá y mamá los que deben de hablar con ella.
-¡No seas cobarde!- me dijo enfadada. La observé mejor, y pude notar que tenía lágrimas en los ojos. Me acerqué a ella, aún sabiendo que ella no quería, y así lo demostró poniendo las manos en mi pecho para evitar que la abrazara.
-Amy, esto no es fácil para ninguno de nosotros. Tienes que entenderlo, se que es duro, pero es nuestra realidad. Nosotros no tenemos la culpa de lo que ha pasado entre papá y mamá, nadie la tiene…- ella simplemente se escondió en mi torso dejando que sus lágrimas humedecieran mi camiseta
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Narra Victoria:
-¡Por fin!- murmuré para mi misma en voz baja.
Habían pasado tres días desde que desperté del coma. Entre mi familia, todo era extraño, nadie me decía las cosas con claridad, ni siquiera Niall, lo que era más extraño todavía. El saber que hoy volvía a casa me aterraba y me emocionaba a la vez. Las enfermeras que entraban y salían constantemente de mi habitación decían que mi evolución era buena, eso me alegraba. En los últimos días, había comenzado a recordar fragmentos del día del accidente, pero todo era confuso, demasiado. Tan solo tengo claro que ocurrió cuando yo estaba muy deprimida –sigo sin saber por qué- y un coche de color rojo que se movía velozmente entre las sombras.
-Vamos, Vic. Es hora de volver a casa.- me anunció Niall golpeando la puerta del baño. Vic, así me llamaban él y sus amigos. A Niall nunca le gustó mi nombre, suele decir que es demasiado pegajoso, no le entiendo.
Terminé de peinar mi cabello frente al espejo, una labor algo difícil, ya que no podía moverme con total libertad. Me veía bien, mi pelo castaño caía liso sobre mis hombros -muy corto ni muy largo- y mis ojos de color azul resaltaban sobre mi pálida piel. No me parecía demasiado a mis hermanos, los cuales se parecían a mi padre, yo en cambio, era como mi madre.
Abrí la puerta del estrecho baño y enlacé mi brazo al de Niall, dispuesta a salir de aquel horrible lugar, odio los hospitales.
-Aún no te manejas con las muletas.- observó Niall con un deje de burla en su voz.
-Ya…- murmuré.
-Eh, se pasará pronto. No te preocupes.- dijo él. Me encantaba tenerle cerca de mí, siempre me cuidaba, aunque a veces, se vuelva algo “paranoico” y sea un poco incómodo. Niall solía conseguir que yo viera el vaso medio lleno, una luz al final del túnel.
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Narra Amy:
Acabábamos de llegar a casa, y los nervios se podían tocar en el ambiente. Estaba preocupada, no sabía que hacer. Mis padres se habían comenzado los trámites del divorcio meses atrás, al poco de Victoria de ingresar en el hospital. Me encontraba tan extraña mintiéndole a mi hermana… Sinceramente, me enfurecía. Subí a mi habitación dejándoles abajo, necesitaba relajarme. Cerré la puerta cuidadosamente y alcancé mi móvil para llamar a Claire, mi mejor amiga.
-¿Cómo estás?- me preguntó al instante.
-Uf, Claire, me encuentro fatal. Mis padres van a hablar con Victoria y temo a lo que pueda pasar.- le conté. A parte de mi hermana, Claire era la única que me entendía, era una suerte tenerla.
-OH, veo que la situación es delicada.- dijo Claire.
-Es más que delicada. Y además Niall ni siquiera quiere hablar de ello. Estoy cansada, odio que intente mostrarse fuerte, es estúpido, le oigo llorar por las noches… Es un orgulloso, ¡nunca lo admitirá!- me desahogué, noté como las lágrimas inundaban mis ojos y cogí un pañuelo de la mesita de noche.
-Shh, tranquila, sabes que solo lo hace porque no quiere verte llorar. Escucha, sé que puede llegar a ser insoportable a veces, pero es tu hermano y te quiere.
-Ay, Claire, sé que me quiere pero todo el mundo necesita contarle sus problemas a alguien, él no lo hace nunca. Y además, está enfadado conmigo…- dije entre sollozos.
-No es tu culpa. Él tampoco quería ir a esa universidad, tú solo le dejaste ver las cosas claras, no tienes de qué arrepentirte. Y tú no cuentas tus problemas, casi nunca lo haces. Si no me equivoco, Niall no sabe lo que te pasó con Alex, ¿cierto?- Sí, aquello era cierto. Nunca le conté a Niall lo que pasó con Alex, y espero, no tener que hacerlo.
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Narra Niall:
-Victoria, tu madre y yo tenemos que decirte una cosa, mi vida.- dijo mi padre sentándose en una silla situada en la cocina.
-Niall, si lo prefieres, puedes irte.- dijo mi madre, yo simplemente negué con la cabeza. Me senté en una silla e hice una señal a Vic para que se sentara sobre mis rodillas. Vi como mis padres tomaban aire y buscaban el valor que necesitaban, mientras yo notaba como los nervios afloraban en mi interior.- Verás, cielo, durante estos meses han pasado muchas cosas y…- mi madre se detuvo, una lágrima amenazaba con salir. Apreté con fuerza la mano de mi hermana, temía por ella.
-Las cosas no son como antes, nadie tiene la culpa pero… todos tenemos derecho a ser felices.- continuó mi padre.- Verás, estos últimos meses, hemos iniciado los trámites del divorcio.- concluyó. Y tal y como yo esperaba, Vic se levantó bruscamente zafándose por completo de mí.
-Lo siento, mi vida. También yo tengo derecho a ser feliz.- dijo mi padre levantándose para consolar a mi hermana, pero ella nunca se dejaría.
-¿Y qué hay de mi felicidad?- gritó Vic antes de subir con torpeza y dificultad las escaleras con dirección a su cuarto, cuando entró, cerró con un estruendo portazo. Mi madre rompió a llorar, ¿qué puedo hacer? , me pregunté.
-Por favor, sube a hablar con ella.- me pidió mi madre ocultándose tras las manos.
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-Abridme, por favor.- imploré empujando la puerta del dormitorio de mis hermanas una vez más.- Dejadme entrar… Juró que tiro la puerta abajo como no lo hagáis.- continué, estaba perdiendo los nervios, no soportaba oír a Vic llorar de ese modo. Finalmente, Amy me dejó pasar.- Vic…-murmuré cuando la vi tirada en el suelo, abrazada a sí misma y llorando desconsoladamente.- Por favor, escúchame.
-¿Qué es lo que quieres?- preguntó Amy desafiante, era obvio que estaba enfadada conmigo. La ignoré por completo.
-Vic, sé que ahora necesitas llorar y desahogarte pero tienes que tranquilizarte.- pedí sentándome en el suelo junto a ella.
-Niall…- susurró antes de abrazarme.
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-Hola, señora Horan.- dijo Harry Styles cuando Charlotte abrió la puerta de entrada a la casa.
-Hola, Harry. ¿Buscas a Niall?- preguntó Charlotte. Harry asintió con la cabeza y esperó a que la mujer le dejara pasar.- Adelante, está en la cocina desayunando.
-Niall, Niall, Niall,… Siempre comiendo.- se burló Harry cuando entró en la cocina, Niall comía galletas de chocolate -sus favoritas-.
-No estoy de humor.- contestó Niall secamente.
-Para eso estoy yo aquí.- contestó Harry sonriendo ampliamente en un intento de animarle.
-Y ella está aquí para ponerme dolor de cabeza.- dijo Niall segundos antes de que se escuchara a todo volumen a alguien tocando la guitarra eléctrica.
-¡Amy! ¡Son las once de la mañana!- grito Charlotte subiendo a toda prisa las escaleras.
-¿Y Victoria?- preguntó Harry.- ¿Cómo está ella?
-Fatal, ha tenido muy poco tiempo para asimilar demasiadas cosas dolorosas.- dijo Niall.
-Buenos días…- dijo Victoria tras pasar a la cocina con la ayuda de su madre.
-Ruidosos, diría yo.- dijo Niall besando la mejilla de su hermana.
-¡Niall!- le riñó su madre.
-Lo siento, mamá.- se disculpó Niall.
-¡Harry!- dijo Victoria sorprendida abrazando al propietario de aquel nombre.
Otra vez, oyeron a Amy tocar la guitarra eléctrica, aunque está vez, con mucho más volumen. Charlotte puso los ojos en blanco y volvió a subir las escaleras para encontrarse con Amy.
-Siéntate, te prepararé un tazón de leche.- dijo Niall.- ¿Te ha despertado Amy?- preguntó concentrado en no llenar demasiado el tazón.
-Si.- contestó Victoria secamente.
-¿Cuándo podré firmar tu escayola?- preguntó Harry cambiando de tema radicalmente.
-Cuando quieras, está muy sosa.- respondió Victoria.
-¿Acaso la quieres con sal?- preguntó Niall con un salero en la mano. Los tres rieron, sabían de sobra que no tenía demasiada gracia, pero en ese momento, necesitaban reír.
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Narra Amy:
-¿¡Se puede saber que estás haciendo!?- me preguntó mi madre enfadada desenchufando mi guitarra por segunda vez.- ¡Son las once de la mañana! ¿¡Quieres volvernos locos a todos!?
-Lo siento.- dije sin ganas.
-Amy, por favor, ¡compórtate! Has despertado a tu hermana, y probablemente a todo el vecindario.
-Lo siento. No era mi intención.- repetí con voz de máquina.
-Amy, vístete y baja a desayunar. Tenemos un invitado.- me ordenó.
-Está bien.- dije entrando a mi habitación. No pretendía bajar a desayunar, me pasaría la mañana esperando a que Claire llegara a hacerme compañía.
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-¿Quieres decirme de una maldita vez lo que te pasa?- preguntó mi hermano mal humorado entrando a mi habitación sin ni siquiera llamar a la puerta.
-¿Qué es lo que te pasa a ti?- le pregunté yo a voz en grito tirándole una de las zapatillas que había en el suelo.
-No vuelvas a levantarme la voz.- ordenó el secamente sosteniéndome la mirada.- Mamá ha dicho que bajes a desayunar, hazlo.
-No quiero.- contesté volviendo la atención a mi revista.
-Mira, esto es duro para todos, pero tenemos que poner de nuestra parte, y tú no ayudas mucho que digamos. Mamá está en su habitación llorando y a ti te da igual.
-No me da igual.- dije cortándole el discurso.
-Estoy cansado. Amy, ¿qué es lo que te he hecho?- preguntó bajando el tono de voz.
-Has dejado de hablarme solo porque te dije que te necesitábamos.- contesté.- Si tantas ganas tienes de ir a esa universidad, ve.
-Uno, no quiero ir a esa universidad. Dos, si estoy aquí es porque os quiero, somos una familia, tenemos que mantenernos unidos. Y tres, yo también os necesito.- aclaró él suavizando aún más su tono de voz.
-Eres un mentiroso, tú lo único que quieres es aparentar ser más hombre, un insensible.- dije.
-Sabes que yo no soy así.- dijo él.
-Si que lo eres.- dije girando sobre mí misma para no verle la cara.
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Narra Niall:
-Gracias por venir, chicos.- dije abrazando a Louis. Habían venido a hacerme compañía después de la comida.- Os debo una.
-No, para esto están los amigos.- dijo Zayn.
-Traemos una película… ¡y palomitas!- añadió Liam.
-¿Son con chocolate?- pregunté mirando el envase.
-No.- dijo Harry.
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Veíamos una película en mi casa, estaba aburrido. No me interesaba lo más mínimo, lo único que quería era que mis hermanas me dedicaran algo de su tiempo.
-¡Sois unos estúpidos! ¡Asquerosos!- nos gritó mi hermana Amy, al parecer, la escena que aparecía en el televisor, era algo subida de tono.-Me dais vergüenza…- murmuro saliendo de la sala de estar, era visible que estaba enfadada.
-¿Qué le pasa?- preguntó Zayn.
-No tengo ni idea.- contesté secamente.
-Iré a hablar con ella.-informó Louis siguiendo a Amy.
-¿Tú también nos vas a gritar como tu hermana?- preguntó Liam nada más ver que Vic entraba en el salón.
-No.- contestó ella sentándose sobre mis rodillas. La conocía perfectamente, había estado llorando.
-¿Qué le pasa a Amy con nosotros?- pregunté.
-No es personal, odia a los hombres.- contestó Victoria.
-¿Tú también nos odias?- preguntó Harry.
-Nah, me caéis bien.- respondió intentando mostrarse animada.- ¿Dónde está mamá?- me preguntó.
-Trabajando, no volverá hasta la noche.- informé. Mi hermana resopló entristecida.
-¿Y papá?- volvió a preguntarme.
-Disfrutando de su nueva felicidad.- dije algo enfadado.
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Narra Louis:
-¿Estás bien?- le pregunté a Amy a la vez que le pasaba un brazo por los hombros.
-No…- contestó ella.
-¿Necesitas hablar?- pregunté de nuevo.
-Necesito un abrazo.- dijo Amy abrazándome, yo correspondí a su abrazo.- Necesito que Niall deje de comportarse como un padre y vuelva a ser mi hermano.
-Siempre ha sido muy protector, lo sabes, Ams.
-Si, sin embargo ahora se cree que es el hombre de la casa, se ve importante…- enumeró enfadada.
-Se le pasará. Te contaré algo, tú y Vic sois su debilidad, si os pasara algo, él mataría, así de sencillo.- la consolé, aquello era verdad. Todos nosotros envidiábamos a Niall, él sería capaz de dejar su vida para cuidar de ellas.- Pero, sé que no estás mal solo por eso, ¿qué es?- pregunté, ella no contestó.